una mente cerrada que, todo lo ve
y elabora en forma unilateral, blanco
o negro, sin grises ni matices, cuando
está claro que no existe la perfección
y nadie es dueño de la verdad absoluta
El fanático de cualquier signo político,
religioso, social, deportivo, proclama que
todo lo bueno está de su lado y todo lo
malo en el del adversario, a quien
considera su enemigo
Jamás realiza una autocrítica y su
posición es irreconsiliable con la del
oponente. Solo una mente abierta (no
fanática) está dispuesta a dejar de lado
las diferencias y profundizar las
coincidencias para acercar posiciones
Las divisiones en el ser humano, las hoy
llamadas grietas, no están dadas por las
diferencias entre pudientes y no pudientes,
burguesía y proletariado, sino por la
actitud de exclusividad, y esta es una
conducta totalitaria, impulsada y mantenida
por el fanatismo, que tanto mal le ha hecho
a la humanidad a lo largo de su historia