(Pintura de Federico J. L. Rodas)
Todo individuo bien intencionado
siempre busca trascender en el ámbito
de su actividad, impulsado por esa
necesidad de posicionarse satisfactoriamente
ante la sociedad; a la cual están dirigidos
sus desvelos.
Esa trascendencia que alcanzará el
virtuoso gracias a los méritos obtenidos,
producto de su inteligencia, capacidad,
preparación y dedicación, que lo harán
distinguirse del mediocre, para beneplácito
de este; destinatario final de lo logrado
por el genio creador.
Sin lo producido por aquellos que
sobrevuelan la mediocridad, la chatura
de la comunidad sería infinita.
Así es como trascienden aportando lo
suyo con talento y esfuerzo: estudiosos,
trabajadores, artistas, emprendedores,
deportistas, profesionales y científicos
diferentes.