Después de un año (el 2020) y
lo que va del presente (2021),
prácticamente perdidos para la
educación, incluso con algunas
deserciones; como consecuencia
de las largas cuarentenas impuestas
por los gobernantes para enfrentar
la pandemia del covid-19, se hace
impostergable e imprescindible la
vuelta a las aulas de forma presencial;
visto que, en aquellos lugares en que
parcialmente se pudo hacer, se
comprobó el bajo nivel de contagios.
Ocurre que, la modalidad virtual
establecida por las autoridades,
solo cubre una de las patas de la
escuela: la instrucción (aprender
matemáticas, lenguaje, historia, etc.)
La otra pata: la educación (adquirir
los hábitos de comportamiento satisfactorio
en lo individual y colectivo), solo se
logra con el contacto directo del alumno
(niño o adolescente) con sus pares
(compañeros) y sus maestros; como
complemento de la educación recibida
en el hogar.